Cuando conocí a Johana el día de su sesión de fotos, se escondía detrás de las piernas de su madre por timidez. Le costó un poco salir de ahí, pero los niños son así. Hay que darles su espacio, que sean ellos quienes te cojan confianza y se sientan libres para poder ser niños.
A partir de ese momento, Johana, su madre y yo nos lo pasamos genial realizando las fotos.